¿Pórque me hallo aqui?
¿Pórque me hallo aquí, en Bucarest, Rúmania?
¿Vine desde Lima, Perú,
sólo para enterrar a la mujer que en esta vida jugo el papel de mi madre y a
luchar por regresar, de nuevo en “mi querridoPerú”?
A pocos segundos después
de preguntarme esto, en mi mente me venían, al ritmo de la queja flamenca estas
palabras:
“A mi casa no me siento,
no me siento
Hoy día, al tiempo
presente,
Entre esta gente fría
Entre esta gente mala
Que sabe decir palabrotas
De cuyo vocabulario faltan
“Perdón, con permiso y
gracias”.
Así pensaba a 27 de
Octubre cuando,
en la iglesia ortodoxa del
país
llamado Rúmania se festejaba
el San Demetrio.
Pensando así, con muchas
dudas, Domingo 27 de Octubre de 2013 me fui al Museo del Pueblo de Bucarest para ver si hago alguna fotografía en la
fiesta de San Demetrio.
Cuando llegué vi muchos
jóvenes ruidosos que, en otras circunstancias me agradaría encontrarlos, pocos
productos naturales a las mesas de los productores-campesinos y productos de
artesanía que me daban lástima a mirarlos, tampoco comprarlos.
Me senté desconfiada en
una silla frente al escenario donde iban a bailar los jóvenes del conjunto
folclórico de la Unión Elena de Rúmania pensando en la lluvia con cántaros y
truenos del Parque de Cismigiu del final del mes de Junio de 2011, cuando los
griegos de la Unión Elena bailaron bailes tradicionales griegos con mucha
energía empapados de agua, con el riesgo de ser tocados por algún rayo. Por
aquel entonces no pude fotografiarlos.
Al escenario entraron 10 chicas vestidas de faldas largas, de color
blanco con marrón con blanco negro, con pañuelos que cubrían su pelo. Dos de
ellas llevaban máscaras sobre sus rostros. Me enteré al final del baile que las
enmascaradas jugaban el papel de “novias” - “brides” del siglo XVIII, del Norte de
Grecia. Luego entraron los chicos, con espadas y escudos, todos 6 enmascarados
y con pañuelos. Ellos jugaban el papel de jenízaros. Dos jóvenes cantantes
rumanas de origen griega cantaron dos canciones ni alegres, ni tristes, pero fácil
de reconocer cómo música griega. Después de que las jóvenes terminaron de cantar
se dejo un silencio profundo. La gente esperaba que empezaran los bailes. Uno,
dos, tres, con el alma en la boca … y las bailarinas folclóricas comenzaron a
moverse lentamente. Luego los jóvenes sentados de pie sobre tres sillas 3 de un
lado del escenario y 3 de otro lado del escenario empezaron a sacudir los
cascabeles colgados de sus pechos y a mover lentamente sus piernas. Los
movimientos de los jóvenes demostraban su destreza. La canción era triste, a
veces espantosa debido al sonido largo del silbato. Era como una queja de aquella
gente del norte de Grecia, de la región de Macedonia. Luego los chicos empezaron
a bailar más rápido. Enfrente del escenario las chicas se tomaban de las manos
bailando muy lentamente, detrás de ellas los chicos movían arriba y abajo sus
piernas en un ritmo un poco más rápido, pero, todavía lento. El público se hallaba en una tranquilidad
casi total, escuchando los pasos de los
bailarines de origen griego.
Para poder tomar
fotografías de los bailarines me senté directamente sobre la alameda con
piedritas de río. En aquellos instantes ya no me preguntaba a mi misma que
buscaba en Bucarest, sino sólo me sentía “turista”. Sí, me sentía turista.
Turista en el país donde nací y donde nunca jamás no me había sentido “a mi
casa”, turista que veía los bailes del norte de Grecia – país del sur de
Europa.
Cuando los jóvenes
terminaron de bailar estallaron los aplausos de la gente y el diputado de la
Unión Elena del Parlamento de Rumania fue saludado por los 6 bailarines con
movimientos de baile frente a él y este invitó a todos los presentes bailar el
más conocido, el famoso, baile de Grecia: ZORBA.
Regresé al apartamento que
me dejo la que fue mi madre en esta vida con el pensamiento a los bailes del
Norte de Grecia pensando que al hecho de que, a lo largo de los años, había
sido 2 veces en Grecia nunca hasta el Domingo 27 de Octubre de 2013 no
asistí a un espectáculo de baile griego tan impactante. Gracias Grecia por
darnos estos bailes. Gracias a mi misma porque, a pesar de mi desconfianza, me
fui a tomar fotografías con la ocasión de la Fiesta de San Demetrio, al Museo
del Pueblo de Bucarest.
Siguen las fotografías del
baile del conjunto Orfeas de la Unión Elena de Rúmania
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